En aras de lograr una ingesta completa y correcta, la inclusión de cereales en las dietas es imprescindible, toda vez que ellos aportan una valiosa cantidad de fibra y carbohidratos, necesarios para que tengas energía y tu organismo trabaje correctamente.
Pero el gusto por los cereales es un arma de dos filos. Por un lado, un buen consumo acostumbrará a nuestro organismo a trabajar con sus nutrientes y logrará que nos sintamos mejor; pero por el otro, el riesgo de excedernos en el consumo de ellos, particularmente los altamente calóricos, será contraproducente y podría causar un desbalance energético que aletargaría nuestro metabolismo y nos podría hacer ganar peso.
Entonces, ¿cuál es la cantidad adecuada de cereal que debes comer?
Es sencillo. Para empezar, respeta las porciones recomendadas; en otras palabras, no erijas una montaña de cereal en tu plato. ¡Y tampoco repitas el plato! Deja para ocasiones raras la ingesta de cereales azucarados y “coloridos” --como los de los niños-- y concéntrate en tomar aquellos altos en fibra y fruta seca.
Trata de variar el tipo de cereal y procura dejarlos para una sola ocasión --día o noche, dependiendo de tu dieta--. Finalmente, complementa esos antojos con barritas de cereales, que saciarán tus apetitos de media jornada, te darán un elemento dulce muy disfrutable y servirán para enriquecer tu dieta, más aún si haces ejercicio.
En la mañana o en la noche, no dejes de complementar tu cereal con la leche que mejor se ajuste a tus gustos y necesidades.