Desde los primeros años de vida se debe formar el hábito de comer sanamente, pues es la mejor manera de prevenir enfermedades derivadas de malos hábitos alimenticios; tales como obesidad, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes, hiperlipidemias e incluso cáncer.
A través de los alimentos obtenemos la energía y los nutrientes necesarios para un crecimiento sano y para que el organismo sea capaz de realizar sus funciones. La falta o deficiencia de algún nutrimento provoca problemas de salud; de ahí la importancia de saber equilibrar la dieta y de inculcar en los niños la mejor forma de alimentarse.
Completa, equilibrada, variada
No debe confundirse la buena alimentación con alimentación excesiva o, por el contrario, insuficiente; la excesiva conduce al sobrepeso y la obesidad, mientras que la insuficiente genera desnutrición. La alimentación debe ser completa, es decir, que cada comida incluya porciones de cada uno de los tres grupos de nutrientes: proteínas, carbohidratos y grasas, mismos que tendrán que consumirse en la proporción adecuada para llevar una dieta equilibrada.
Crea hábitos sanos
1. Vigila que haya una amplia variedad de alimentos saludables disponibles en tu casa.
2. Fomenta en los niños el comer despacio.
3. Hagan comidas en familia tan a menudo como sea posible.
4. Insiste en la importancia del desayuno.
5. Involucra a los niños en la compra y la preparación de los alimentos.
6. Evita el consumo de las comidas o de bocadillos mientras ven televisión. Comer frente al televisor puede conducir a comer de más.
7. Anímalos a tomar agua simple. Elimina el consumo de refrescos y otras bebidas endulzadas.
8. Fomenta la actividad física en la familia.
9. Evita usar la comida para premiar a tus hijos. Si quieres reconocer al niño, llévalo al cine o al zoológico, no a un restaurante de comida rápida.